Las migrañas afectan aproximadamente a 10% de la población norteamericana. Esto supone unos 28 millones de estadounidenses. Son tres veces más frecuentes en las mujeres que en los hombres, y a menudo se observan en niños y adolescentes. Estos dolores de cabeza, a menudo debilitantes, son frecuentes y casi la mitad de quienes los padecen tratan sus propios síntomas sin consultar al médico.
Causas
Aunque no conocemos la causa exacta de las migrañas, desde hace muchos años se cree que están provocadas por la dilatación de los vasos sanguíneos de la cabeza. Aunque ésta es una posible causa, muchos investigadores creen que puede haber otra razón. Muchos investigadores creen que las migrañas podrían estar causadas por un trastorno genético que afecta a la forma en que ciertas sustancias químicas de nuestro cerebro, como la serotonina y nuestras células nerviosas.
Existen dos tipos de migraña. El primer tipo se conoce como migraña clásica. En este caso, el dolor de cabeza viene precedido de "sensaciones" inusuales. Estas sensaciones suelen sentirse minutos antes de que aparezca el dolor de cabeza. Pueden incluir luces parpadeantes en zigzag que atraviesan el campo, puntos ciegos que aumentan de tamaño, hormigueo en manos y pies y cosquilleo en el brazo o la pierna. Después de que pase el dolor de cabeza, es más frecuente una mayor sensibilidad a la luz, al sonido y náuseas, a veces incluso vómitos.
Forma común
La forma más común de migraña es la segunda. Se produce sin ninguna de estas sensaciones. No conocemos la causa exacta de las migrañas, por lo que no estamos seguros de qué puede desencadenarlas. Sin embargo, hay ciertas cosas que pueden hacer que las migrañas sean más probables. Tanto la falta de sueño como dormir demasiado parecen ser factores desencadenantes. Comer ciertos alimentos, como queso, o saltarse comidas, también pueden ser desencadenantes.
Nuestras hormonas influyen en la gravedad y la aparición de las crisis de migraña. Así lo demuestra el hecho de que las migrañas sean más frecuentes en las mujeres que en los hombres. Las investigaciones también muestran una relación entre las migrañas y la píldora anticonceptiva, que contiene estrógenos. Sin embargo, hay muchos otros posibles desencadenantes que pueden provocar migrañas.
Conclusión:
A veces, actividades tan sencillas como subir escaleras o realizar cualquier tipo de actividad física pueden desencadenar un ataque. La lista continúa, incluyendo la exposición a ruidos fuertes o luces parpadeantes, calor o frío extremos, etc. El estrés, como muchas otras causas de dolor de cabeza, también es importante. Hoy en día se dispone de muchos medicamentos. Aunque algunos tratamientos tradicionales no han sido muy eficaces, ahora hay más opciones. Cuando se trata de migrañas, la clave es no sufrir en silencio, sino buscar el consejo profesional de su médico.
